COMENTARIOS  ELEISON  DCCLXXX (25 de junio de 2022) :  LIBERALISMO  en  QUIEBRA

En la página web de TFP hay otro excelente artículo de John Horvat del mes pasado titulado Mientras el liberalismo se desmorona, ¿dónde debemos buscar soluciones?  Ahora bien, estos “Comentarios” no están muy de acuerdo con todo lo que aparece en el sitio web de TFP, como tampoco TFP tiene que estar de acuerdo con todo lo que aparece en estos “Comentarios”, pero los artículos de John Horvat muestran una capacidad excepcional para relacionar un mundo sin Dios con Dios, porque la profundidad doctrinal completa de la Iglesia le da un asidero en nuestro escenario sin Dios-.

La modernidad presenta el liberalismo como el principio de la historia. Antes del liberalismo, afirman los liberales, no había más que ignorancia y oscuridad. Al liberalismo se le atribuye todo el progreso y la seguridad del mundo moderno. Así, cuando el liberalismo se quiebra y se desmorona, la mayoría de los liberales excluyen automáticamente lo que le precedió como posible solución.

Sin embargo existía antes del liberalismo algo notable. Era la cristiandad medieval. Esta civilización cristiana transformó a Occidente en un modelo de caridad y orden. Puede que la cristiandad no fuera perfecta, pero reconoció y trabajó dentro de los límites de la naturaleza humana caída. Se basaba firmemente en la realidad, no en la fantasía. La cristiandad fue la primera civilización que dio origen a hospitales y universidades. Es responsable del gobierno representativo y del estado de derecho. Las artes y la música florecieron bajo su influencia.

Cuando el liberalismo surgió de la Ilustración y de los horrores de la Revolución Francesa, dio lugar a un siglo de agitación, industrialización masiva y materialismo. Los movimientos políticos liberales persiguieron a la Iglesia, coartando su libertad y confiscando sus bienes. Sus gobiernos absorbieron las funciones caritativas de la Iglesia en sus frías burocracias.

El liberalismo secularizó y desacralizó la sociedad al establecer la ficción de vivir en un mundo sin Dios. La modernidad pagó un alto precio por mantener esta ficción. El sistema sin Dios dio lugar a terribles guerras e ideologías antinaturales. Hoy, el liberalismo está en quiebra. Sus contradicciones internas están destruyendo todas las estructuras de orden que quedan. No sirve de nada seguir mirando al liberalismo cuando se buscan soluciones para la crisis resultante. Sólo producirá versiones extremas de sí mismo. Es mucho mejor mirar detrás del liberalismo y volver así a las raíces y al manantial de la civilización cristiana.

La civilización cristiana nace de una serie de premisas diferentes. Trabaja con la naturaleza humana, no contra ella. Se apoya en soluciones orgánicas que se desarrollan natural y espontáneamente dentro de un orden social orientado al bien común. Esta práctica de la subsidiariedad proporciona una increíble cantidad de libertad, ya que las unidades sociales buscan ayuda para sus necesidades y ayudan a los demás en sus carencias. Una civilización cristiana no es una tiranía de Dios, como afirman los liberales. Más bien, las esferas temporal y espiritual se ocupan cada una de sus respectivas actividades y áreas de responsabilidad. Cuando practica la virtud, tal sociedad puede prosperar económica y políticamente, así como ayudar a guiar a las almas hacia la santificación y la salvación.

Sin embargo, muchos liberales prefieren insistir en que un hombre puede ser una mujer y una mujer puede ser un hombre, en lugar de admitir la maravillosa realidad de la naturaleza humana tal como fue creada por Dios. Prefieren perseguir una fantasía delirante que vivir en libertad ordenada siguiendo la ley moral natural. La única salida para los que todavía creen en la verdad, la tradición y Dios es abandonar la narrativa liberal y sus premisas erróneas. Los fieles deben buscar soluciones fuera de la caja liberal y volver a esa verdad y belleza cristiana -siempre antigua, siempre nueva- que llama a las almas.

                                                                                                                                           Kyrie eleison.

Libertad-de, tal vez, pero entonces ¿libertad-para qué?

No hay un programa positivo de libertad-de.